Enigma 69

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Por Román Ceano

El descifrado de la Enigma militar se había convertido en algo tan rutinario que en el Cobertizo 3 había estallado una guerra de departamentos. Los generales y comités militares que habían cedido la iniciativa al SIS al comienzo de la guerra por ignorancia de lo que representaba Enigma, ahora se daban cuenta del valor de lo que habían despreciado.

Tanto el ejército de tierra como la aviación, comenzaron a utilizar a los oficiales de enlace que tenían en el Cobertizo 3 como peones para intentar tomar el control. Estos oficiales empezaron a discutir las decisiones del responsable de cada turno mientras luchaban también entre sí. El oficial de más rango del ejército de tierra estaba allí representando a la Oficina de Guerra, y por tanto exigía tomar las decisiones. A esto el Capitán Humphreys -representante de mayor rango de la aviación- se oponía organizando conspiraciones e intrigas dentro y fuera del cobertizo.

Los universitarios también se vieron envueltos en las luchas, y dos profesores llegaron a retarse en medio del Cobertizo 3, llegando casi a las manos. A medida que los bandos acumulaban rencillas, en Whitehall los generales también maniobraban ruidosamente, protestando por decisiones concretas, acusándose unos a otros de mala fe y quejándose todos juntos de Denniston, que defendía a los universitarios pero sin acabar de enfrentarse a los militares. Después de Navidad, una serie de confusos episodios llegaron a paralizar el Cobertizo 3, por lo que Menzies tuvo que presentarse varias veces en BP a poner orden.

Ante este panorama, e influenciado seguramente por la lectura de la carta enviada a Churchill en la que Travis aparecía como una persona muy respetada por los criptoanalistas, Menzies decidió partir en dos la organización. Denniston quedaría al cargo del criptoanálisis de mensajes de origen civil, mientras que Travis –su segundo de a bordo hasta entonces- se ocuparía de los mensajes de origen militar. Esto era una forma elegante de sustituir a Denniston por Travis, y por si no estuviera claro resultó que el departamento civil tendría su sede en Londres.

Travis era un hombre ciertamente más enérgico que Denniston, quien al fin y al cabo sólo era un excelente criptoanalista que por pura responsabilidad había ido asumiendo un papel cada vez mayor mientras la organización crecía de forma incontrolada.

Tras asumir el cargo, Travis exigió al ministerio del aire la sustitución inmediata del Capitán Humphries, que se había hecho odiar por todo el mundo con sus intentos de crear un Cobertizo propio dentro del Cobertizo 3. El ministerio del aire exigió que su contraparte, el Coronel Saunders –que ahora ostentaba el título de director del Cobertizo 3- fuera también sustituido.

Durante un tiempo fue regido por un comité interno, pero como los bandos seguían interfiriendo Travis nombró director a un oficial de inteligencia del ejército del aire que tenía experiencia directiva en la industria del algodón. Este oficial, Eric Jones, reorganizó el Cobertizo 3, creando un cuerpo de jefes de turno, contratando mucho más personal y añadiendo unidades de control de tráfico que trabajaban directamente con las estaciones de escucha.

Estas unidades resultaron especialmente útiles, ya que reunían una información que hasta entonces se perdía. Por ejemplo, los operadores solían discutir entre ellos en claro sobre claves confusas, mensajes recibidos con interferencias, problemas con los libros de claves, etc... Aunque la intención original era sólo caracterizar a cada operador para saber qué estación era cada uno cuando cambiaban de indicativo de estación, toda la información complementaria que dejaban escapar resultó de mucha ayuda.

Con el tiempo el departamento de tráfico se dividió en dos, de forma que unos criptoanalistas estudiaban más el detalle en relación a los mensajes del día mientras otros establecían la topología de las redes y caracterizaban las diferentes estaciones bajo sus disfraces. Recordando seguramente su primera época en el colegio Elmers, Whelchman vio que estaban desanimados y que se consideraban de segunda, así que los reunió en secreto para decirles cómo Enigma estaba siendo descifrada y hasta que punto su trabajo era estratégico para Inglaterra.

Knox reaccionó con mucha tristeza a la destitución de Denniston y concertó una cita con Menzies en la sede del SIS en Londres para protestar. Menzies le escuchó con afecto y le trató con deferencia, pero poco después nombró a Peter Twin como nuevo responsable de la Granja mientras Knox estuviera de baja, lo cual era en parte una forma de no ofenderlo pero también una broma cruel. Por suerte tanto Twin como Knox pertenecían al mismo ambiente universitario y nunca sintieron ninguna rivalidad. Knox siguió trabajando desde su casa de campo, ayudando en caso de dificultades con la clave del día. Twin procedió a ampliar el personal de la Granja, aunque rompiendo la norma de Knox y por ello contrató personal masculino.

Mavis Lever fue a verle a principios de primavera. Estaba muy desmejorado y aunque le demostró estar al tanto del día a día en BP, también le habló con pasión de los árboles que ya no podía cuidar. Knox vivía en el campo por imposición de su mujer. Plantar y podar árboles era la única actividad campestre que le había gustado practicar, ya que odiaba la vida social rural, con sus partidos de cricket, sus cabalgadas y sus picnics. También le enseñó fotos de los papiros griegos en los que estaba trabajando para publicar una obra resumen del trabajo de toda su vida.

Mavis Lever le confesó que estaba comprometida con uno de los matemáticos recién llegados a la Granja. Knox la felicitó, pero avisándole que los matemáticos no son buena pareja. Después los dos se rieron de unos americanos que habían visitado BP recientemente para interesarse por el descifrado de Enigma y a los que las chicas habían preparado un pastel de chocolate con ingredientes reunidos penosamente de sus cartillas de racionamiento.

 
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